Ingredientes

1/2 Litro de leche entera
1/2 vaso de agua
250 g de harina tamizada
1 sobre de levadura
4 Huevos, dependiendo del tamaño
Un chorro de vino blanco o anís
Una pizca de sal  

Preparación

Se pone la leche y el agua en un cuenco grande, agregamos un poquito de harina, mientras batimos para ir deshaciendo los grumos.

Se para de batir y añadimos una pizca de sal, para seguir añadiendo otro poco de harina y, seguimos batiendo. Antes de añadir más harina, se ha de procurar tener bien deshechos los grumos de la que se ha puesto anteriormente.

En un plato aparte batimos los huevos y los añadimos al resto de la masa. Mezclamos bien y seguimos añadiendo otro poco de harina más y batiendo.

Agregamos el sobre de levadura, mezclamos bien y vertemos un chorro de vino blanco o anís.

Seguimos batiendo y agregando el resto de la harina, poco a poco y con cuidado de ir deshaciendo todos los grumos, así hasta que finalmente obtenemos una pasta fina, se reserva.

Se pone una sartén al fuego con aceite, el cual se “desahuma” tostando dos trozos de pan. Hecho esto, se pone el aceite en un bol y comenzamos a hacer los frisuelos.

Se pone una cucharada del aceite reservado en la sartén y se reparte sobre su fondo, con el fin de engrasar toda su superficie. Se pone al fuego y una vez caliente, vertemos un poco de masa sobre la sartén, repartimos la masa, moviendo la sartén y ponemos a cuajar al fuego.

Cuando vemos que cuaja le damos la vuelta, moviendo la sartén y lanzando al aire el frixuelo, o con un tenedor.

Cuajado por las dos caras, se pasa el frixuelo a un plato, previamente espolvoreado con azúcar. Espolvoreamos la parte superior del frixuelo puesto en el plato y repetimos todo el proceso. Así vamos haciendo frixuelo a frixuelo y apilándolos unos encima de otros, hasta que terminemos la pasta.

(El primero nos va a dar una referencia de la cantidad a verter de cada vez o, de cómo nos ha quedado la pasta, es decir, según nos quede de grueso el primero y, según nuestro gusto, al hacer los siguientes, añadimos más o menos masa; en cuanto a la masa, si la vemos muy espesa, se puede aligerar agregando un poco más de leche, o por el contrario, si vemos que está muy fluida añadimos un poco de harina).