Al llegar a este restaurante cercano a La Moraleja, uno tiene la sensación de haber estado ya antes. Y es que es el local que albergó en su día el famoso “Rincón del Gato”, con su gran ambiente flamenco.
Modesto, popularísimo y bullicioso local que se ha hecho famoso por la generosidad de las tapas que acompañan a sus cañas. La sidra natural (hay escanciadores mecánicos, y hasta “grifo” de sidra por culines) es su otra oferta esencial. La variedad de sus pinchos (que desaparecen y se renuevan con enorme rapidez) una bandera de enganche para una clientela juvenil encandilada con esta atractiva relación calidad/precio.
Obra también de los hermanos Feito, este Ferreiro está dividido en tres plantas, dando la primera entrada a una de las señas de identidad del local: la barra, con movimiento independiente de los comedores y lugar de cita de ejecutivos y artistas a mediodía.
Este acierto de Carlos Tejedor debe definirse en tres ambientes. El primero es la gran barra, galardonada en 2007 como la mejor de España y cuya oferta de variedad y calidad atrae a todo Madrid.
Don Jesús Quirós es segoviano, pero su apellido lleva el escudo de "Después de Dios, la casa de Quirós". Ese importante detalle, unido a sus amistades y al convencimiento de que la gastronomía asturiana era más que importante, llevó a don Jesús a abrir hace más de 30 años este local con encanto en la carretera de Barcelona.